Fiestas, reuniones, brindis y las merecidas vacaciones
Muchas felicidades!!!!!!!!!!!!
Gracias por acompañarnos. Volvemos en marzo !
viernes, 14 de diciembre de 2012
Discurso Nobel
7 diciembre de 2012
By Mo Yan
Cuentacuentos
"Una vez vino un cuentacuentos a nuestro mercado. Yo me escaqueé de los trabajos que me había asignado mi madre y fui allí en secreto a escuchar los cuentos. Mi madre me criticó por ello. Por la noche, cuando mi madre se disponía a confeccionar las chaquetas de invierno bajo la débil luz de la lámpara de aceite, no pude controlarme y recité los cuentos que había aprendido durante el día. Al principio, ella no tenía ganas de escuchar ni una palabra porque le parecía que ser cuentacuentos no era una profesión normal y que los cuentacuentos eran personas charlatanas y unos farsantes; además, los cuentos que contaban no versaban sobre cosas buenas. No obstante, poco a poco le fueron atrayendo los cuentos que le recitaba. Más adelante, cada vez que se celebraba la feria, mi madre no me asignaba ninguna tarea; me había dado un permiso implícito para ir a escuchar los cuentos. Para recompensar su gratitud y también para presumir de mi buena memoria, le recitaba con todo detalle todos los cuentos que había escuchado durante el día.
Al poco tiempo, no me satisfacía recitarle los cuentos de los cuentacuentos tal cual, así que me inventaba detalles durante mi relato. Con el propósito de que le gustaran a mi madre, creaba unos nuevos párrafos e incluso modificaba el final del cuento. La audiencia no se limitó solo a mi madre, sino que mi hermana, mis tías y mi abuela también formaron parte. Hubo veces en que después de escuchar el cuento, mi madre expresaba sus preocupaciones. Parecía que se estaba dirigiendo a mí pero también podría ser que estuviera hablando consigo misma: “Hijo mío, ¿que vas a hacer en el futuro?, ¿quieres ganarte la vida contando cuentos?”.
Como dice un refrán chino: Es fácil cambiar de dinastía, es difícil modificar la personalidad y aunque mis padres me habían educado con mucho cuidado, no consiguieron cambiar el hecho de que a mí me gustara hablar. Esto le había dado un sentido irónico a mi nombre Mo Yan que significa “no hables”.
Después de abandonar el colegio, me exilié entre los adultos y empecé un largo periodo deleer con las orejas. Hace doscientos años, en mi provincia natal, vivía un cuentacuentos que era un genio: El señor Songling Pu. Muchos de mi pueblo, incluido yo mismo, somos sus herederos. En el campo de la comunidad, en la granja de la brigada de producción, en la cama de mis abuelos, en el tembloroso carro tirado por el buey, había escuchado muchos cuentos sobre fantasmas y duendes, muchas leyendas históricas, anécdotas interesantes que estaban estrechamente vinculadas con la naturaleza local y la historia familiar, y me habían producido una clara sensación de realidad.
Nunca pude imaginar que algún día en el futuro estas cosas me servirían como material para mis obras. En aquella época sólo era un chico a quien le fascinaban los cuentos y las palabras que se usaban para contarlos. En aquella época era, definitivamente, un chico teísta. Creía que todas las cosas tenían su espíritu. Cuando me encontraba con un árbol alto y grande, tenía ganas de expresarle mis respetos. Cuando veía un pájaro, me preocupaba por cuándo se convertiría en un ser humano. Cuando veía a un desconocido, dudaba si sería un espíritu de animal metido en un cuerpo humano. Cada noche cuando volvía a casa desde la oficina de la brigada de producción, me sobrevenía un miedo enorme. Para expulsar ese miedo cantaba en voz alta mientras corría a casa. En aquella época estaba entrando en la adolescencia, mi voz estaba cambiando, y las horrorosas canciones interpretadas por mi voz ronca eran una tortura para mis vecinos del pueblo.
Durante los veintiún años que viví en mi pueblo natal, el viaje más largo que realicé fue una excursión en tren a Qingtao. En aquel viaje, casi me pierdo entre los grandes trozos de madera de una serrería. Cuando mi madre me preguntó sobre el paisaje de Qingtao, le contesté que por desgracia allí no había nada excepto grandes trozos de madera. Pero gracias a este viaje a Qingtao, tuve muy claro que debía salir de mi pueblo natal y ver el mundo de fuera.
Tengo que confesar que en el proceso de creación del distrito Dongbei de Gaomi en mis obras, William Faulkner, el escritor estadounidense, y García Márquez, el escritor colombiano, me han inspirado mucho.
Lo que hice fue muy sencillo: contar mis cuentos a mi manera. Mi manera es la misma de los cuentacuentos del mercado de mi pueblo, a quienes conocía muy bien; es también la manera de mis abuelos y los ancianos de mi pueblo natal. Sinceramente, cuando cuento mis cuentos, no puedo imaginar quiénes serán mis lectores. A lo mejor, es alguien como mi madre, o alguien como yo. "
Al final de su discurso continua diciendo:
"No quería comentar nada más, pero teniendo en cuenta el momento y el lugar siento que debo hacerlo, así que les hablaré de la única manera que sé.
Soy un cuentacuentos y sigo queriendo contarles cuentos."
También contó un cuento:
"Permítanme contarles el último cuento que me contó mi abuelo hace muchos años: Hubo ocho albañiles que salieron de su pueblo natal para buscar trabajo. Para resguardarse de la tormenta que estaba a punto de caer, todos entraron en un templo en ruinas. Los truenos se sucedían, los relámpagos iluminaban el oscuro cielo, unos extraños sonidos penetraban por la puerta del templo y parecían los rugidos de un dragón. Todos estaban muertos de miedo, y sus rostros se habían vuelto pálidos. Uno de ellos comentó: “Es señal de castigo celestial. Entre nosotros debe haber alguien que ha hecho algo malvado. ¿Quién es ese maldito? Sal ahora mismo. Sal para recibir tu condena celestial y para no extender la mala suerte entre nosotros”. Obviamente, nadie quería salir fuera. Otro propuso: “Como nadie de nosotros quiere salir, arrojaremos nuestros sombreros de paja fuera y el que no vuelva significará que su dueño es la persona de la que estamos hablando. Entonces, le pediremos que se vaya”. Todos asintieron y lanzaron sus sombreros afuera. Solo un sombrero quedó en el exterior y los demás volvieron dentro. Los siete albañiles querían echar del templo a la persona cuyo sombrero había quedado fuera. El chico se negó a aceptar esa decisión. En ese momento, los siete jóvenes le cogieron y le expulsaron a la fuerza. Supongo que a estas alturas ya habrán adivinado el final del cuento: En el mismo instante en que le expulsaron el templo se hundió y los siete chicos murieron.
Soy un cuentacuentos.
Me han dado el Premio Nobel por mis cuentos.
Después de haber sido premiado han ocurrido muchas anécdotas maravillosas que serán parte de mis próximos cuentos y que me hacen creer en la existencia de la justicia y la verdad.
En el futuro seguiré contando cuentos.
¡Muchas gracias por su atención!"
lunes, 10 de diciembre de 2012
domingo, 2 de diciembre de 2012
lunes, 22 de octubre de 2012
jueves, 13 de septiembre de 2012
martes, 14 de agosto de 2012
miércoles, 11 de julio de 2012
Presentación en Quindici-Paysandú
"Bazar de Cuentos"
presenta
"Palabras al viento"
el 28 de julio - 17 horas
en Quindici-Paysandú
Av. Rivadavia 5799
C.A.B.A.
Entrada libre, salida al sobre
miércoles, 27 de junio de 2012
martes, 26 de junio de 2012
Historias que se hacen cuento
"Hay toda clase de historias. Algunas nacen al ser contadas, su sustancia es el lenguaje y antes de que alguièn las ponga en palabras son apenas una emociòn, un capricho de la mente, una imagen o una intangible reminiscencia. Otras vienen completas como manzanas y pueder repetirse hasta el infinito sin alterar su sentido. Existen unas tomadas de la realidad y procesadas por la inspiraciòn y se convierten nuevamente en realidad al ser contadas. Y hay historias secretas que permanecen ocultas en las sombras de la memoria. Son como organismos vivos, les salen tentàculos, raìces, se llenan de adherencias y con el tiempo se transforman en materia de pesadillas. A veces, para exorcizar los demonios de un recuerdo es necesario contarlas como un cuento".
lunes, 4 de junio de 2012
miércoles, 16 de mayo de 2012
lunes, 23 de abril de 2012
Narración oral "Por el amor que me juraste"
“Bazar de Cuentos”
Con: Lili Kus, Marta Lamare, Mónica Rocca
Lidia Steren y Elsa Viñas
Presenta “Por el amor me juraste”
En Quindici-Paysandú
El 22 de abril a las 17 y 30 horas
Rivadavia 5799
martes, 10 de abril de 2012
jueves, 15 de marzo de 2012
Presentación del 23 de marzo a las 18 horas
"Barrio de Tango" en Quindici Paysandú Av. Rivadavia 5799 Ciudad Autónoma de Bs. As. Entrada libre |
El tango es mùsica, poesìa y baile. Como danza, al menos en los ùltimos tiempos ha devenido en espectàculo turìstico, como mùsica ha logrado ir transformandose a sì mismo
domingo, 1 de enero de 2012
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